Resumen: Uno de los cambios más significativos que ha introducido el capitalismo tardío tiene que ver con su decantamiento en lo que se ha llamado “globalización cultural”. El conjunto de fenómenos (posmodernidad, democracia, capitalismo posindustrial, revolución de las comunicaciones [Brunner,1998]) denominado globalización, es el cierre de un período de profundos cambios en la sociedad, la cultura, la economía, la política, y el arte, que pueden verse tanto como una relativa democratización del acceso a los productos culturales y las técnicas, o como una degradación y homogenización de los artefactos culturales y de sus destinatarios al reducir la cultura a un mero consumismo (Bauman, 2007) .
En este contexto nos interesa, particularmente, analizar cuál es el potencial que los medios audiovisuales (radio, fotografía digital, video) y las tecnologías de la información (principalmente Web 2.0) ofrecen a los grupos sociales que han carecido históricamente de acceso a los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa escrita), lo que significa que aunque las grupos vulnerables tienen acceso a consumir estas comunicaciones, no tienen la posibilidad de emitir también narrativas sobre sus realidades en dichos medios o de decidir sobre cómo son retratados en ellos. Cuando estos grupos son colocados en las pantallas de la televisión o en las portadas de la prensa, se les suele retratar desde una perspectiva exógena, desde una sensibilidad que ignora sus condiciones de vida, se les tiende a vulgarizar (indigentes, drogadictos, prostitutas, vendedores ambulantes), o satanizar (pandilleros, precaristas, inmigrantes) o se les interpela desde una lógica de superioridad y asistencialismo (niños de la calle o provenientes de familias pobres, analfabetos de todas las edades, adultos mayores, indígenas, minorías sexuales) . Explorar la posibilidad de que los grupos vulnerables generen también sus propias narrativas significa adherir una ética de la comunicación y la in |